De vuelta a China

Mañana viajo de nuevo a China por razones laborales, y estaré por esas longitudes unos 5 meses, por lo que, probablemente, no tendré mayor actividad en el blog durante ese tiempo.

Aunque, a decir verdad, tampoco es mucha la cantidad de tiempo que le dedico a este espacio. Confieso que, la mayoría de las veces, no encuentro cosas demasiado interesantes qué decir como para escribirlas en el blog, ni tampoco me considero ocurrente lo suficiente como para escribir casi de cualquier cosa como he visto en otras partes.

Supongo que, para esto de los blogs, también se debe tener su talento particular.

En lo que a la literatura se refiere, lamentablemente estoy pasando por un período de baja motivación y productividad, y aunque tengo cierto proyecto en marcha, no sé si podré salir de este bajón creativo en el futuro próximo. Trataré de aprovechar el tiempo libre allá en China para reflexionar al respecto y tratar de cambiar esa situación.

Por el momento, saludos a quienes se toman el tiempo de leerme, y que hayan disfrutado mi literatura.

¡Feliz Navidad y Feliz Año 2017!

Sobre los haiku que he escrito

haiku-vertical.jpgDebo confesarlo: nunca me ha gustado la poesía.

La respeto como forma de arte, y más aún a quienes tienen la capacidad de crearla y cultivarla, pero la verdad es que nunca he podido entenderla, y mucho menos he tratado jamás de escribir poesía. Mis gustos literarios siempre han gravitado en torno a la narrativa tradicional, tanto que casi siempre encuentro pesadas y aburridas las obras narrativas excesivamente poéticas.

Sin embargo, desde hace un tiempo he venido leyendo, disfrutando y aprendiendo un poco sobre los haiku, al punto de que este tipo de poesía ha llegado a llamarme la atención lo suficiente como para motivarme a hacer el intento de escribir algunos.

Le dejo, entonces, una humilde muestra de lo que he hecho hasta el momento, con la esperanza de que mi atrevimiento no desatará la ira de los espíritus de Bashō y el resto de los maestros japoneses…

Mirada interior

Vuelan muy alto
mis sueños solitarios
y se diluyen

Mirada de niño
que revela lo que soy
como un espejo

Duele tan hondo
tu mirada esquiva
cuando regresas

El mundo toma
colores apagados
estando solo

Volúmenes, páginas
pilares de palabras
Muy poco tiempo

Quince minutos
para el amanecer
Sigo durmiendo

Mundos

Cuatro paredes
testigos de guerras
intestinales

Cruje la noche
cuando cae el cielo
avergonzado

La pared blanca
repleta de nada
dice tanto

Indiferente
entre el concreto
una rama

Miles de luces
colorean con vida
la montaña

Calurosa noche
que esconde secretos
gélidos

Motas de polvo
construyen ciudades
sobre la repisa

Uno sobre otros
mosaico de concreto
Seres vivientes

Al compás del viento
huyen las burbujas
Los niños soplan

Entre la aves
e inmóviles hojas
suena la ciudad

Arden naranja
saltando entre nubes
rayos de sol

Gotas de lluvia
sobre el faro caliente
Nubes de vapor

Arde tungsteno
entre blanco y amarillo
y ahuyenta la noche

La ciudad habla
un idioma diferente
al de los pájaros

¡Canta, canta!
vendedor de helados
Llega el verano

Naturaleza

Alzas el vuelo
oscuro buitre
Hora de cenar

Mosca incauta
descansas en la trampa
de la araña

Apenas sopla
la brisa nocturna
los perros aúllan

Osada brisa
que perturba las ramas
El árbol despierta

Relámpago
de noche como foto
en negativo

Ellas

Contra las olas
curvas entre curvas
silueta de mujer

Sutiles hoyos
en la espalda baja
Dulce fetiche

Belleza es
el perfil sinuoso
de su espalda

Posar mi mano
sobre tu bajo vientre
Cálido placer

Solo el recuerdo
de aquellos labios
persiste

Dulce belleza
te presentas ante mi
cuando ya es tarde

Juegos

Cinco sílabas
siete y luego cinco
dan vida al haiku

¡Feliz Cumpleaños, Aidan!

DSC00677.JPG¡Feliz Cumpleaños, Aidan!

Ya son cuatro años. ¡Cuatro años!

Ya no eres el bebé que fuiste hasta hace poco. Ya eres un niño. Un niño grande, como tú dices. Ya no eres el pequeñito que podía colocar sobre mis piernas para mecerte, sino un muchachito enorme que cada ves me cuesta más para cargar en mis brazos.

Ya eres un individuo que expresa su personalidad incipiente, pues dices lo que piensas y compartes lo que sientes. Ya creas historias y situaciones cuando juegas, y te sumerges en aventuras y en complicaciones que, con la ayuda de tus juguetes -y muchas veces, también, de papá y mamá- siempre resuelves a tu manera.

A tus cuatro años todavía el «Dinosaurio» parece seguir siendo tu juego favorito y, aunque la mayoría de las veces me canso de perseguirte tanto, espero poder mantenerte el ritmo durante los años futuros.

Por supuesto, los «carritos» no pierden su lugar de honor, y se mantienen a la cabeza de tus predilecciones para entretenerte. Quizá ese gusto se convierta en colección o en profesión cuando seas mayor. ¡Ya lo veremos!

Ríes mucho, y del mismo modo me haces reír. Me haces reír como nada en el mundo. Y eso me trae felicidad.

Eres cariñoso, divertido, conversador e inteligente. Estas creciendo y eso me resulta tan satisfactorio como aterrador. Lo importante, por supuesto, es que estamos juntos, y mientra estemos juntos puedes tener la seguridad de que todo estará bien.

Espero pases un feliz cumpleaños, Aidan. Y, como siempre, te deseo lo mejor del Universo y te prometo lo mejor de mí, que es lo menos que puedo darte.

Te quiere, tu papá.